La llamada esclavitud del siglo XXI es un problema global y constituye uno de los delitos más vergonzosos que existen, pues priva de su dignidad a millones de personas en el mundo.
Las redes delincuenciales abocadas a cometer este tipo de delito, no solo tienen fines de explotación de género, sino además de esclavitud y extracción y tráfico de partes humanas.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), estimaba ya desde 2005 que había en el mundo 2,4 millones de personas víctimas de trata, delito que se ha incrementado de manera alarmante en los últimos años, debido a las difíciles condiciones de vida en países subdesarrollados y emergentes, al endurecimiento de las políticas migratorias en los países industrializados y al hecho de que este tipo de delitos no fueron considerados como un problema estructural, sino como una serie de episodios aislados.
Si bien el 79% de los casos de trata identificados por las autoridades, se da con fines de explotación carnal y el 21% restante con fines de trabajos forzosos u otras formas de explotación, es preciso reconocer que al no ser visibles de manera precisa las víctimas de este terrible delito, este último porcentaje puede ser considerablemente mayor.
Al no ser visibles de manera precisa las víctimas de este terrible delito, el número de casos podría ser mayor
En el mundo, el 30% de las víctimas son menores de edad (23% niñas y 7% niños), generalmente utilizados con fines de mendicidad forzosa, pornografía infantil o explotación de género. El 49% son mujeres, en su gran mayoría jóvenes, quienes mediante engaños, con falsas promesas de trabajo, son manipuladas, trasladadas, golpeadas y amenazadas por bandas perfectamente organizadas, incluso a nivel internacional y el 21% restante hombres.
No obstante que desde el año 2000, la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para prevenir, reimprimir y sancionar la trata de personas, como único instrumento jurídico internacional; el Informe Mundial sobre la Trata de Personas emitido en el 2012 por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la tendencia de la incidencia de este delito es al alza y la trata de menores de edad, concretamente de niñas, se encuentra en aumento.
La lucha contra este fenómeno no corresponde únicamente a las autoridades, la ciudadanía debe no solo preocuparse, sino de intentar combatirlo, concientizándose del problema y procurando que la penosa situación de las víctimas no pase desapercibida.
Ante esta situación, podemos hacer 3 pequeñas cosas que pueden constituir una gran diferencia para las víctimas y para las personas vulnerables a serlo:
No debemos únicamente de “tratar de combatir la trata”, podemos erradicarla y lo vamos a hacer, revisa los siguientes documentos, para que tengas una mejor perspectiva del problema y las mejores prácticas identificadas para combatirlo:
Lee David. (2019). Cómo prevenir la trata de personas. Manual de Seguridad para la Prevención de Delitos. Recuperado de http://manualdeseguridad.com.mx/seguridad_newsletter/19/como_prevenir_la_trata_de_personas.asp